Evidentemente no creo que pensaréis usar un cepillo como ese en la ducha pero es interesante ver cómo él puede accesar a todos los rincones del cuerpo con sus propias manos.
Para nuestra reflexión, pensemos siempre en el cómo hacemos lo que estamos haciendo cuando no estamos haciendo clases de pilates.
No debemos estar obsesionados pensando en cada movimiento que hagamos, aunque sí atentos; atentos al cómo y no al qué, mientras más veces lo hagamos mejor para el cuerpo, para la mente y para el espíritu.
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